jueves, 26 de noviembre de 2015

LA VIA AUGUSTA Y EL LÍMITE DE LA CIUDAD DE MENTESA

El miliario de Maximino Daza lleva en su última línea la cifra VI que indica la posición del miliario en relación al núcleo de la ciudad de Mentesa Bastetanorum, ya que la distancia que separa La Cerradura de La Guardia es de 9 km. La vía antigua seguía pues por el fondo del valle como la actual ruta Jaén-Granada.

El grupo de miliarios hallados en La Cerradura prueba entonces que las vías romanas importantes no seguían siempre la línea de las crestas y no rehuían obligatoriamente el fondo de los valles y los ríos.
Pero, ¿qué representa su posición en La Cerradura?. Es necesario recordar que estos grupos de mojones se encontraban sobre todo en los cruces importantes de las rutas antiguas. Además, no hay que olvidar que cerca de allí estaba situada otra ciudad romana, Vergilia, la cual, según numerosas inscripciones, parece haber estado localizada en Arbuniel de Cambil, aldea situada a 14 km. al sureste de La Cerradura. Por último, el caserío de La Cerradura está a la entrada de una barrera montañosa constituida por los poderosos macizos subbéticos, desde la Sierra Mágina al Este hasta la Sierra de la Pandera al Oeste; allí comienzan las gargantas del Guadalbullón.

La Vía Augusta vista desde Mentesa

Este conjunto de datos nos llevan a preguntarnos si el límite de la ciudad de Mentesa no pasaba por La Cerradura. Es cierto que en este caso abarcará un territorio muy exiguo, ya que Jaén, antigua Aurgi, se encontraba apenas a 12 Km al noroeste. Sin embargo, se sabe que las ciudades del Sur de España eran extremadamente numerosas y de una extensión a menudo mediana. Además su territorio podía extenderse bastante hacia el norte, ya que en la ribera derecha del Guadalbullón solo se conoce la ciudad asentada sobre el espolón de Maquiz (Mengíbar), en la confluencia del Guadalquivir, la probable Iliturgi.

Vista de Mentesa desde la Vía Augusta
Mentesa debió haber poseído entonces una zona de relieve muy marcado a partir de La Cerradura y al Este del río Quiebrajano, además de una región de suaves colinas hacia el norte.

La vía Augusta actualmente. Foto de Manuel Carrascosa Alba
La Vía Augusta es una de las más importantes rutas romanas de Hispania: el tramo Cástulo-Cartagena fue construido durante el reinado de Augusto como nos lo recuerda Estrabón (III, 4, 9); numerosos miliarios atestiguan que en 8-7 a.C. los trabajos estaban terminados (CIL II, 4931, 4936, 4937, 4938). Esta vía tuvo ciertamente un papel económico como nexo entre las minas de Cástulo y el puerto de Cartagena, para la exportación de productos  mineros y la importación de objetos manufacturados. Pero en este caso carecemos de testimonios que prueben la existencia de un tráfico denso, ya que ningún miliario da pruebas indudables de que se hayan realizado allí restauraciones –El único miliario que hace mención a una restauración, el de Póstumo (CIL II, 4943) puede provenir de otra vía ya que se lo encontró en Guadix, cruce importantísimo de ruta antiguas del sureste de España; los otros son ambiguos pues todos llevan inscripciones en dativo (BRAH, LII, p. 527; CIL II, 4942)- y también porque existía otro camino para alcanzar el Levante desde Cástulo, más antiguo y más fácil a nuestro parecer: el de los vasos de Vicarello (CIL XI, 3281-3284).


Felizmente, el miliario de Adriano acaba de eliminar esta incertidumbre: se realizaron reparaciones en la Vía Augusta para mejorar el tráfico en la región de Mentesa. Es coherente que se hayan hecho en la época de Adriano pues se conoce la preocupación de este emperador español por la península ibérica y el gran desarrollo de las obras públicas durante su reinado y el de su predecesor Trajano.


Este conjunto de mojones no es sólo importante por su aportación al conocimiento de la geografía histórica de los confines de la Tarraconense. Tienen además gran interés histórico. Ya se ha señalado que el miliario de Maximino Daza es sin duda un testimonio de un acuerdo transitorio entre Constantino y el emperador de Oriente, un poco antes de las luchas del fin de la tetrarquía; se trata pues de un documento modesto pero importante, a propósito de los grandes acontecimientos de comienzos del siglo IV. Es necesario subrayar que este miliario posee la primera inscripción descubierta en España dedicada solamente a Maximino Daza.



Los miliarios dedicados a Constantino y a su hijo Crispo pertenecen a un género que es mucho más frecuente a partir del siglo III d. C.: son simples dedicatorias a los señores del momento. Es difícil de distinguir si fueron el producto de la sincera adhesión de las poblaciones locales a su emperador y a su hijo, el cual tenía ya el rango de César, o si estuvieron impulsadas por los funcionarios imperiales, o incluso si los mismos erigieron estos miliarios como monumentos de pura propaganda; nos inclinamos a pensar que cada uno de estos motivos tuvo su parte. No obstante, en esta región fuertemente cristianizada –numerosas comunidades cristianas existían a comienzos del siglo IV en los confines de la Bética y de la Tarraconense; al concilio de Iliberi asistieron los obispos de Mentesa y Cástulo y los clérigos de Iliturgi, Ossigi y Gemela-, es posible que las poblaciones hayan estado más espontánea y más profundamente ligadas a la dinastía constantiniana, la cual les aseguró la libertad religiosa después de la gran persecución de la época de Maximiano.
De este modo, a través de estos miliarios, se transparenta un poco de la historia de Bajo Imperio.



lunes, 23 de noviembre de 2015

LEONES IBEROS DE MENTESA

La necrópolis ibérica de La Guardia de Jaén. Fragmentos escultóricos
Antonio Blanco Freijeiro
BIEG Nº 22, Pgs. 121-123. 1955

Los ejemplos que el nuevo yacimiento de La Guardia nos ofrece, invitan a repasar brevemente el problema, intrincado y difícil, de esta curiosa manifestación de la escultura antigua, que son los leones del Mediodía. El mapa de hallazgos rebasa los confines de la Bética y se extiende por el litoral ibérico hasta Sagunto. Pero el foco radica en el Sudeste y en la Alta Andalucía, sobre todo en las provincias de Jaén y Córdoba, las más ricas en número y variedad de ejemplares. Esta circunstancia hace pensar que el fenómeno cultural representado por estos leones no es el mismo que el de la escultura ibérica levantina, nacida bajo los efectos de una manifiesta influencia griega, sino algo espacial que se produce en otro campo y que obedece probablemente a otras causas.

León Ibero que se conserva en el Ayuntamiento
Hemos de tener en cuenta que cualquiera que sea su origen, el león era para los íberos un animal nunca visto, legendario, del que sólo se conocían relatos y figuras importadas por gentes de fuera. No debe extrañar, por tanto, que las representaciones sean a veces muy poco correctas y que con los rasgos del león se mezclen los del lobo y aún quizá los del oso. Este alejamiento del natural, se produce también en Etruria y en Grecia, por lo que se ha generalizado entre arqueólogos el término convencional de pantera aplicado a los felinos sin crin de la cerámica protocorintia, a los del frontón de Corfú y a otros muchos de filiación insegura. Entre nosotros el término león es ya tan familiar, que no merece la pena proponer denominaciones menos comprometedoras, ni recurrir al “carnicero” que traduce el carnassier de los franceses. Por añadidura, el término se ajusta seguramente a lo que los escultores antiguos se propusieron representar en la mayoría de los casos.


Una de las cosas de que podemos estar seguros, en cuanto a estos leones se refiere, es que no son manifestaciones de la escultura provincial romana. Si alguna vez se ha propuesto esta filiación, los datos con que hoy contamos, obligan a rectificarla y a remontar su origen a los siglos V-IV a. C., cuando menos. Análoga certidumbre podemos tener de que se trata de un fenómeno mediterráneo que en la cuenca oriental de nuestro mar alcanza difusión plena en la época orientalizante y en la occidental tiene enclaves en Etruria, Magna Gracia, Sicilia y las regiones de nuestra Península ya señaladas. El carácter especial de la penetración de los leones entre los celtas de la Provenza y de Centroeuropa, nos exime de vincularlos directamente al proceso cuyas líneas vamos a seguir.


Fragmento de león ibero. Solo se conserva la parte trasera. La cabeza, que se encontraba también en el lugar donde apareció esta parte, luego se “perdió”. Procede de la excavación del campo de futbol, en las Eras de San Sebastián. Colección privada de Manuel Espinosa.






En los albores del arte oriental, cuando la plástica se hallaba confinada en el microcosmos de los juguetes de hueso y de barro, sumerios y egipcios crean dos versiones del rey de los animales que estaban llamadas a disfrutar de larga y afortunada existencia. En su versión mesopotámica, el león, aunque tendido, se dispone al ataque, abre sus fauces en un rugido amenazador y contrae sus músculos para el salto; en la versión egipcia, el león está tranquilo, con la boca cerrada, la musculatura distendida, una imagen de la majestad serena. La potencia expansiva del arte mesopotámico proporcionó a sus leones una difusión incomparablemente mayor que la de los egipcios. Siria, los hititas, Asiria, Fenicia y Persia adoptarán los tipos mesopotámicos, en los que la agresividad era carácter dominante y les darán nueva vida a lo largo de un milenio. Los vástagos que nos interesan en este contexto, no son los leones de las animadas cacerías asirias, sino que los vinculados a la arquitectura actúan como guardianes de templos, tumbas y residencias: los leones del sarcófago de Ahiram, leones de los bit-hilani asirio-hititas, leones chipriotas y cretenses que fueron los modelos directos de los griegos. Las esculturas sirio-hititas de leones, tienen varios puntos de contacto con los leones ibéricos: su actitud y ciertos detalles que se repiten constantemente: las orejas dirigidas hacia atrás, la boca abierta con la lengua fuera, los pliegues del labio superior retraído, que también aparecen reiteradamente en los leones chipriotas y etruscos. Aunque sea difícil de probar esta hipótesis, cabría considerar esta manifestación escultórica del mediodía español como una faceta más del arte orientalizante. Ignoramos cuales fueron los vehículos de esta influencia. 


León Ibero hallado en Castulo
Hay leones en los marfiles de Carmona; en bronces como el vaso de Valdegamas y el del Museo Lázaro-Galdiano; pudo haberlos también en estatuillas de alabastro como la de Galera; quedan restos de algunos en las tapaderas de las urnas cinerarias de piedra de la misma Galera. Pero todo esto resultaba insuficiente hasta que hace poco ha surgido un nuevo documento de mucho interés: una cabecita de león, de oro, hallada en las márgenes del Jándula y que damos a conocer en AEArq. de 1959. Su importancia radica, por una parte, en que pertenece a un tipo de joyas frecuente en el Mediterráneo oriental, y fechable con seguridad hacia el año 600 a. C.; por otra, en que a pesar de su pequeñez, ofrece, como una miniatura, los rasgos característicos de los leones ibéricos de piedra, inclusive la punta de flecha que representa al tabique nasal en dos de los ejemplares de La Guardia. Tales indicios no bastan, naturalmente, para sacar conclusiones sobre el origen de la escultura ibérica meridional, pero abren posibilidades interesantes de encajar estas manifestaciones en un cuadro coherente y satisfactorio por su lógica.

sábado, 21 de noviembre de 2015

OLIVOS DE MENTESA

La actual provincia de Jaén tiene la mayor concentración de olivos por superficie de territorio, a nivel mundial, y es la principal fuente de economía de la provincia.


Pero como este es un blog de historia, vamos a conocer el origen mitológico del olivo para los griegos, ya que este árbol forma parte también de la historia de Mentesa:
Poseidón y Atenea
La diosa Atenea de batió con Poseidón, hermano de Zeus y señor del mar, para conseguir el patronato sobre el Ática. El vencedor sería aquel que hiciera a los habitantes el regalo más hermoso. Entonces Poseidón golpeó el suelo con su tridente e hizo brotar al caballo, un animal maravilloso, invencible en la carrera y poderoso en la batalla. Pero Atenea aún lo hizo mejor: golpeó el suelo con su lanza e hizo germinar una pequeña planta de hojas plateadas que no tardó en producir unas pequeñas y aparentemente insignificantes bayas oscuras.
Así nació el olivo: la planta más noble de cuantas crecen en las riberas del mediterráneo. Frugal y paciente, resistente a la sequía, capaz de germinar mil veces después de haber sido destruida por el fuego, pero sobre todo generosa. Su madera es fuerte y dura como el hierro. 
Olivo milenario de Otiñar
Tanto es así que originariamente se tallaban en ella las efigies de los dioses (los misteriosos xoana), y de sus frutos se extrae uno de los productos de la tierra más estimables: el aceite de oliva, que los antiguos empleaban como alimento altamente nutritivo, como robustecedor de los músculos de los atletas y de los guerreros y como combustible para iluminar las casas de los hombres y los tempo de los dioses.
Olivo milenario de Arbuniel
En opinión unánime de los habitantes, salió triunfadora Atenea y, en virtud de aquel don, el hombre ateniense, siempre que condimentaba sus comidas con aceite o se ungía los miembros en vísperas de enfrentarse a una dura prueba, sentía que entraba en cierto modo en comunión con la diosa, que adquiría su fuerza y su prudencia.

viernes, 20 de noviembre de 2015

PLANO DE LA GUARDIA 1892

Plano de La Guardia en 1892


Algunas calles vienen con otro nombre, como por ejemplo la calle San Sebastián, que viene, en esa fecha, aún como "calle Empedrada". También aparece el cementerio antiguo o la "Plazuela de la Fuente" (Plaza de Abastos), así como una "Plaza de La Verdura", etc.







sábado, 14 de noviembre de 2015

Pilar de los 5 Caños

Se encuentra situado en la Plaza de Isabel II, al Este de la población, y en la parte más baja de la misma.


Jaendesdemiatalaya.blogspot

Según Madoz, se trata de una plaza principal que es un cuadrilongo de 92 pies de largo por 62 de ancho, en la cual existe una fuente adosada a un testero, del que salen unos nichos cubiertos por conchas, 5 caños de agua muy superior, que naciendo encima de la fuente en la misma plaza, riega los bancales que llegan hasta el río dando el abasto al vecindario.





Está adornada esta fuente con bastante gusto: en los extremos del testero dos columnas jónicas estriadas y adosadas, sostienen un cornisamiento, sobre el cual descansa a plomo de cada columna un león recostado, teniendo un escudo pequeño con la cruz de Santiago: los caños se hallan guardando iguales distancias entre sí y las columnas, y sobre ellos hay un targetón con la misma cruz de Santiago, y una inscripción que dice:




Esta obra mando hacer el Ilmo. Sr. el marques D. Gonzalo Mexía Carrillo, mi señor, año de 1.566. 


En la cornisa descansa un ático, en cuyo frente se ve un escudo de armas figurando estar sostenido por dos lebreles, y a los cuarteles de dicho escudo se sustituyó una piedra con la inscripción: 

Plaza de Isabel II, Reina Constitucional. 


Se corona el ático por un frontoncito, en cuyo centro hay una Virgen de medio relieve muy destrozada, y remata en una cruz de piedra. 


Jaendesdemiatalay.blogspot

En los costados del ático están representadas dos garruchas, y un pilón largo y rectangular recibe el agua de la fuente. 





  

La Conquista de Cambil y Alhabar

Artículo de la revista Don Lope de Sosa.

"En las casas del Obispo, y con sigilo desde luego, se reunieron Gonzalo Messía, Señor de La Guardia y Alguacil Mayor de Jaén..." (pag. 279)



domingo, 8 de noviembre de 2015

LAPIDES ATROS (Piedras Negras)

La ciudad de Mentesa (llamada por algunos Mentissa) muestra su antigüedad, no solo por el nombre, sino por haberla mencionado Livio, al hablar de la guerra que Claudio Nerón tuvo contra el Carthaginés Asdrubal, Década 3. lib. 6. cap. 13, donde dice, que el sitio llamado Piedras, o Peñas, negras (ad lapides atros) estaba entre Iliturgi y Mentesa: Is locus est inter oppida Iliturgi et Mentissam . Mencionanla tambien Plinio, Ptolomeo, y el Itinerario de Antonino Pio.


Lo cierto es que se desconoce cual es el emplazamiento de "Las Piedras Negras".



EL PLANO DE TOMAS LÓPEZ 
Jorge González Cano, Salvador Contreras Gila y Juan Antonio López Cordero. SUMUNTAN 19, pgs. 342-343 

Existe un mapa del geógrafo Tomás López (1730-1802) sobre la campiña giennense y Sierra Mágina que viene a representar un conjunto de poblaciones que mantienen relación, o una gran comarca que engloba tierras limítrofes de sierra y campiñas vinculadas históricamente. A diferencia de otros mapas, en el mismo se dibujan las vías de comunicación, hidrografía y relieve en forma de croquis.















Plano de Jaén del Geografo Tomás López, de 1787
























La población de Mancha Real figura en el centro del mapa, lazo de unión entre Sierra Mágina, que aparece representada al Este, y la campiña giennense al Oeste. De Mancha Real surgen tres caminos, el del Oeste por Pegalajar lleva a Granada, es la antigua vereda real de Úbeda a Granada, que se continúa hacía el Oeste enlazando con el camino de Baeza, o camino de Madrid a Granada. Hacia el Sur figura el camino que enlaza con la capital giennense, que tiene otras vías de comunicación como núcleo de enlace. Tal es la vereda real que, paralela al río Cambíl o Guadalbullón, lleva a Granada, y la que a través de la campiña conduce a Baeza, conocido como antiguo camino de Baeza.
En el mapa aparecen anotaciones en rojo, identificando los lugares con su nombre antiguo.
Por otra parte, la hidrografía tiene al río Guadalquivir al Noroeste y al Guadalbullón al Sur como los dos ejes principales de representación de la cuenca hidrográfica. Al Guadalbullón desembocan los ríos Cambil, Otiñar y Los Villares y el arroyo de Puerto Alto; y al Guadalquivir Arroyo Vil y los ríos Torres y Cuadros.
En torno a la red hidrográfica y vial se ubican los cortijos y poblaciones de la campiña giennense (Villargordo, El Cadimo, Almenara, Pozancho, Torrequebradilla, Torredelcampo, Las Cuevas...) y los de Sierra Mágina (Ninches, Garciez, Jimena, Albanchez, Bedmar, Mata Begid, Cambil, Carchelejo, Cárchel, Torres, Pegalajar, La Guardia...); además de otros de la Sierra Sur de Jaén (Otiñar, Los Villares, Los Baños de Jabalcuz...).

A la izquierda de Mentesa, aparece un lugar que identifica como "Lapide Atri" o Piedra Negra.




En el mapa también se incluyen los dos grandes santuarios maginenses: Nuestra Señora de la Fuenseanta y Nuestra Señora de Cuadros, donde se realizan sus respectivas romerías.
La población de La Guardia ocupa uno de los lugares centrales del plano pues, como Mancha Real, está situada junto a las primeras estribaciones de Sierra Mágina, entre la campiña giennense y la sierra, en el valle del Guadalbullón. Esta ubicación geográfica le dio nombre al topónimo, por ser frontera y guardia del territorio giennense, olvidándose el secular nombre de Mentesa, que desde época romana denominó a esta población, histórica capital de todo el distrito que recoge el mapa, incluso lo fue de su antigua diócesis, con un obispo titular. Alcanzó en época visigoda su mayor esplendor. En el mapa, junto a La Guardia, se representa un paso en el río Guadalbullón, vado por el que pasaba una antigua calzada romana que, pasando por Letraña, al Oeste de la actual Mancha Real, se dirigía a Ossigi-Latonium (Cerro Alcalá) y de allí a Cástulo (Linares).

En esta época, los caminos representados en el mapa eran de herradura. Las deficientes vías de comunicación no permitían un comercio en carros a largas distancias, tan solo los arrieros surcaban estos caminos, en gran parte vías pecuarias o antiguos caminos romanos. Hasta el siglo XIX no se producirá una transformación importante en la red viaria comarcal.





miércoles, 4 de noviembre de 2015

Orfebrería Visigoda del Cerro Salido

En la necrópolis visigoda del Cerro Salido, han aparecido numerosos restos de joyas engarzadas y otras piezas de orfebrería de gran calidad.


Dos piedras semipreciosas, en concreto granates, que al ser usados en cabujones de piezas de joyería, están semipulidos en la cara expuesta y toscamente tallados en la zona que se hallaría incrustada en la pieza. 
Proceden de los cabujones del anillo y pendientes hallados en la necrópolis visigoda de La Guardia. En la primavera de 1956, D. Rafael Del Pino y Gutiérrez Folache, alcalde de La Guardia, recupera para el futuro Museo Arqueológico de Jaén el anillo. Parece ser que este se descubrió hacia 1950, haciendo un muro de contención en la huerta de Dña. Gumersinda Carmona, sita junto al Cerro Salido.
Están datadas entre los años 471-700 (periodo visigodo). Miden 0.75 x 0.67 cm; peso 0.78 gr. Inventario CE/DA03701

Anillo de oro formado por dos piezas, el aro y el remate de pedrería. Por un lado, el aro es de sección plana y está decorado en ambos extremos por un cordoncillo. Este cordoncillo sogueado es utilizado también para formar una especie de espiras continuas que van engarzando en su interior goterones a modo de botón, y pequeñas piedras. En su parte superior el aro está rematado por una lámina hueca en forma de trapecio con cuatro picos que acogen el motivo central de la decoración, una piedra de tonalidad rosácea. El chatón de oro, que mide aproximadamente un centímetro de longitud, conserva una amatista de 6 milímetros de longitud. 
Esta datado entre los años 401-700 (periodo visigodo) y procede del Cerro Salido de La Guardia. Mide: Longitud =3.1 cm; Anchura = 1.0 cm: Diámetro máximo = 2.2 cm. Inventario CE/DA01471.

Necrópolis Visigoda del Cerro Salido - . Pendientes y anillo de oro. Museo Provincial de Jaén



Pendiente de oro formado por dos cuerpos diferentes engarzados. Por un lado un aro de mediano tamaño de sección circular, y por otro, una especie de campanita hueca, realizada con lámina de metal que se orada con pequeños triángulos y que se suelda en la zona de la boca de la campanita con otra lámina de oro decorada con cordoncillo y pequeños botones de gota (seis). Esta lámina a su vez está decorada con unos finos baquetones que se alternan con círculos donde se engarzaría la pedrería de la que solo se conservan varios (granates, turquesas y otras). El remate central lo forman dos círculos concéntricos en la que iría engarzada una piedra de mayor tamaño que las anteriores. Estos dos elementos, aro y campanita, son de sección plana, decorado con cuatro goterones de oro. El aro de sujeción está rematado con argolla, en un extremo, y con una especie de tornillo de cierre en el otro. 
El pendiente, forma pareja con otro idéntico, ambos son huecos y se rellenan con una especie de resina que les aporta el peso necesario para mantenerlos firmes. 
Está datado entre los años 401-700 (periodo visigodo) y procede del Cerrillo del Calvario de La Guardia. Mide 5.5 x 2.6 x 3.7 cm. Inventario CE/DA01470/1.


Broche de cinturón (placa y hebilla) de forma rectangular, en líneas generales, con hebilla oval. Placa calada con representación de aves (¿pavos reales?), circundados por un meandro vegetal estilizado. Dos pavos reales afrontados aparecen también diseñados en la charnela de la hebilla y en el medio de ambos un árbol de la vida. El pasador o aguja es rematada por la cabeza de un perro estilizada. Está datada entre los años 501-700 (periodo visigodo) y procede del Cerro Salido, de La Guardia. Mide 9,30 x 3,30 cm; grosor máximo 1,60 cm. Inventario CE/DA00801.