sábado, 5 de septiembre de 2015

PUENTE JONTOYA

El paraje por donde el río pasa más próximo a la ciudad (Jaén) es en Puente Jontoya, lugar en que siempre hubo un vado, junto a las huertas de Los Tejares, Fraila y Juan Ramos. Era también paso del camino de herradura que comunicaba Jaén con la vecina población de La Guardia; camino de forzoso tránsito en la Edad Media hacia el reino de Granada, del que hablan con asiduidad las crónicas medievales.

Aparte de ser paso obligado de los hortelanos de las huertas de Fraila, Vega de los Morales y Vega del Infante, tampoco faltó un molino harinero en el lugar, el llamado molino del Alguacil, situado junto al vado, que con frecuencia desaparecía por las aguas turbulentas de las periódicas tormentas, por lo que a veces se levantó algún puente de sencilla construcción que no solía durar mucho.


A mediados del sigo XIX, el molino Alguacil pasó a manos de Manuel Jontoya Taracena, madrileño de nacimiento, liberal, que fue diputado por Jaén y en algún momento estuvo exiliado en Francia. Transformó el molino en una fábrica de harinas con energía hidráulica. Sus influencias políticas le permitieron que el Ayuntamiento construyera un puente que permitiera el paso a hortelanos, viajeros y porteadores de su fábrica de harinas. Este puente recibió popularmente el nombre de su promotor. Sin embargo, el puente tuvo vida efímera, pues una tormenta lo destruyó.


Nuevos intentos quedaron solo en proyectos, hasta que el nuevo propietario de la fábrica de harinas, el médico Fidel Álvarez Ochoa, santanderino, llegado a Jaén en 1893, promovió la reconstrucción del puente a costa de los interesados. Se aceptó el proyecto de la sociedad Altos Hornos de Bilbao para construir un puente metálico, que se acabó en 1897.



En el siglo XX, el sitio se convirtió en lugar de veraneo de los giennenses, que buscaban en la frondosidad y humedad de los ríos refrescar la canícula. A ello se unía la proximidad a la ciudad. Hoy día es un barrio de la misma, con numerosas viviendas y apartamentos.

Juan Antonio López Cordero, en su libro “Jaén tras la muralla (Jaén 2003)


Las fotografías, de la primera mitad del siglo XX, se corresponden con el segundo de los tres puentes construidos hasta ahora. Se entiende puentes de obra con hierro y cemento, y no los primeros que eran de madera y se los llevaban las riadas.

Puente Jontoya, tal y como está hoy en día





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