La actual provincia de Jaén tiene la mayor concentración de olivos por superficie de territorio, a nivel mundial, y es la principal fuente de economía de la provincia.
Pero como este es un blog de historia, vamos a conocer el origen mitológico del olivo para los griegos, ya que este árbol forma parte también de la historia de Mentesa:
Poseidón y Atenea |
La diosa Atenea de batió con Poseidón, hermano de Zeus y señor del mar, para conseguir el patronato sobre el Ática. El vencedor sería aquel que hiciera a los habitantes el regalo más hermoso. Entonces Poseidón golpeó el suelo con su tridente e hizo brotar al caballo, un animal maravilloso, invencible en la carrera y poderoso en la batalla. Pero Atenea aún lo hizo mejor: golpeó el suelo con su lanza e hizo germinar una pequeña planta de hojas plateadas que no tardó en producir unas pequeñas y aparentemente insignificantes bayas oscuras.
Así nació el olivo: la planta más noble de cuantas crecen en las riberas del mediterráneo. Frugal y paciente, resistente a la sequía, capaz de germinar mil veces después de haber sido destruida por el fuego, pero sobre todo generosa. Su madera es fuerte y dura como el hierro.
Olivo milenario de Otiñar |
Tanto es así que originariamente se tallaban en ella las efigies de los dioses (los misteriosos xoana), y de sus frutos se extrae uno de los productos de la tierra más estimables: el aceite de oliva, que los antiguos empleaban como alimento altamente nutritivo, como robustecedor de los músculos de los atletas y de los guerreros y como combustible para iluminar las casas de los hombres y los tempo de los dioses.
Olivo milenario de Arbuniel |
En opinión unánime de los habitantes, salió triunfadora Atenea y, en virtud de aquel don, el hombre ateniense, siempre que condimentaba sus comidas con aceite o se ungía los miembros en vísperas de enfrentarse a una dura prueba, sentía que entraba en cierto modo en comunión con la diosa, que adquiría su fuerza y su prudencia.
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